FAQs
Si bien es cierto que todas las fábricas hacen un ajuste de sus instrumentos a fin de facilitar su uso, también lo es que les falta una parte de la ecuación para hacer el trabajo: el músico.
Han de conformarse con imaginar un “ músico estándar”, intentando promediar entre distintos tamaños de manos, pulsación, calibres de cuerdas, estilos musicales... algo bastante más complejo e irrealizable que contar con un ajuste a medida.
Además, no podemos olvidar que, entre que sale el instrumento de la fábrica, hasta que llega a las manos del usuario, ha tenido lugar como poco un largo viaje en barco, un almacenaje más o menos prolongado, y una estancia incierta en alguna tienda, y todo ello con diferentes condiciones climáticas en muchas ocasiones.
Puedes montar un rango muy amplio de cuerdas en función de que estilo vayas a tocar, de la afinación que pretendas utilizar o del tipo de pulsación que tengas entre otros muchos factores.
Lo importante es que el ajuste se realiza en función del calibre y tipo de cuerdas que decidamos utilizar, por lo que si cambiamos por ejemplo el calibre, necesariamente hemos de reajustar el instrumento para restablecer su equilibrio. Lo mismo sucede en el caso de modificar la acción.
En los tres casos se trata de un ajuste necesario para equilibrar el error en el incremento de frecuencia que se produce en el sonido a medida que nos desplazamos de las posiciones de trastes más graves hacia las agudas en cualquier instrumento de cuerda pulsada.
El error se compensa habitualmente alargando el tiro de cuerda real respecto del tiro de cuerda ideal con el que el instrumento fue calculado (el tiro de cuerda es la distancia de cuerda vibrante existente entre los apoyos que definen su vibración, en guitarras, bajos y afines suele ser entre cejuela o traste cero y puente, hueso de puente o silletas).
La compensación puede ser estática, como en el caso de la mayoría de guitarras acústicas o clásicas, o dinámica, como se observa en la gran mayoría de guitarras y bajos eléctricos, es decir, que en el último caso el usuario o un profesional puede modificar el tiro real del instrumento variando la posición del apoyo de puente bien respecto del conjunto de cuerdas (por ejemplo en el caso de guitarras archtop o de mandolinas), bien respecto de pares de cuerdas (es el caso de los puentes de algunas Fender® Telecaster® como la v’52) o bien de cada cuerda individualmente ( Fender® Stratocaster® o Gibson® Les Paul®).
Es un cilindro, normalmente metálico y ajustable, que discurre a lo largo del mástil del instrumento, cuya función no es otra que contrarrestar la fuerza que ejercen las cuerdas mediante una fuerza de la misma magnitud y sentido contrario, generando, de forma simplificada, lo que se conoce como un par de fuerzas, de modo que conservemos una cierta rectitud a lo largo del mástil para una cómoda ejecución.
También existen almas fabricadas de otros materiales tales como madera o fibra de carbono, con diversas secciones y a menudo sin posibilidad de ajuste. En los últimos años se están generalizando las almas de doble acción, que permiten ajustar la curvatura del mástil en ambos sentidos (cóncavo o convexo), al margen de la tensión que ejercen las cuerdas.
Ya estamos de vuelta. Por el interés de todos estamos llevando a cabo un protocolo de higiene y distanciamiento en nuestro taller, lo que ha supuesto implementar un nuevo horario con cita previa, tanto para recoger como para entregar instrumentos. Por favor, sed puntuales y seguid nuestras indicaciones cuando acudáis con un instrumento.
Muchas gracias por vuestra comprensión.
Raúl y Roberto